Unos deliciosos entrantes de pollo a la villaroy, sencillos de preparar e ideales para cualquier momento del año, incluso podéis preparar una gran cantidad para congelarlos y sacarlos cuando tengáis antojo.
Esto está de vicio, os lo aseguro. Requiere un ratito para poder elaborarlo todo pero, yo os animo a hacer grandes cantidades de
brochetas de pollo a la villaroy, para que podáis guardar unos cuantos en el congelador y sacarlos cuando más os apetezcan o con una visita inesperada.
Claramente es un entrante pero que tiene ese toque de elaboración que cuando lo sacas a la mesa destaca, no es como sacar un plato de embutido que acabas de cortar, esto va a llevar tu firma personal.
Personalmente, a mí me gusta acompañar el pollo a la villaroy con una buena ensalada de tomate natural, pero si te gustan las salsas puedes poner ketchup, salsa de mostaza o salsa de mostaza antigua con miel, barbacoa, mayonesa… Este entrante admite muchísimas variantes para conseguir un sabor impresionante.
Hay diferentes formas de preparar pollo a la villaroy, en forma de brocheta o con los filetes de pechuga enteros.
El procedimiento que os vamos a indicar es válido para los dos mayoritariamente, sólo que en el caso de preparar filetes de pechuga a la villaroy no haría falta poner los palos de brocheta y creo que os resultará más fácil si sólo ponéis bechamel por una parte.
Ahora, pongámonos manos a la obra para preparar las brochetas con este paso a paso bien sencillo.
INGREDIENTES:
Una pechuga de pollo
Pimienta
Sal
Pan rallado
Un huevo
Aceite de oliva
Palos de brochetas
Bechamel:
- Una cucharada de mantequilla
- Dos cucharadas de harina de trigo
- Leche
- Sal
- Nuez moscada
En primer lugar vamos a cortar la pechuga de pollo en trozos gruesos y salpimentamos. Pon una sartén al fuego con un buen chorro de aceite, una vez que esté caliente añade el pollo troceado y deja que se dore. A continuación, sácalo y reserva.
El siguiente paso será preparar la bechamel con los ingredientes que os indicamos: mantequilla, harina de trigo, leche, sal y nuez moscada.
Para este plato, necesitaremos que la bechamel sea bastante espesa, como podéis ver en la fotografía para preparar con mayor facilidad la brocheta y quede bien jugoso.
Una vez que lo tengas, es el momento de que cojas los palos de brochetas y pinches un trozo de pollo, lo sumerjas en la bechamel y remuévelo para que toda la pechuga quede impregnada con una buena capa de bechamel.
En un recipiente plano, pon las brochetas para que se solidifique la bechamel y para que se enfríe ponlo en la nevera.
Una vez que ya esté fría, es el momento de rebozarla. En mi caso, lo he pasado sólo por pan rallado y huevo, pero también podéis pasarlo primero por harina, huevo y pan rallado.
En vez de poner el huevo y el pan rallado en platos, lo he puesto en vasos para que sea mucho más rápido y sencillo de rebozar.
Pon una sartén con bastante aceite y cuando esté caliente, pon las brochetas para que se queden biencrujientes. Por dentro, quedará cremosa la bechamel y por fuera… toda una combinación de texturas.
¡Nadie podrá resistirse!